viernes, 22 de agosto de 2008

Me queda la palabra

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Blas de Otero.

Era una noche de vigilia inquieta, donde todo por lo que había luchado en el pasado se desmoronó al punto....el futuro era incierto, un reto en sí mismo...lo había dado todo en el lugar equivocado.
El mundo entero en pasado, futuro y presente cae al vacío negro de un abismo sin fondo.No existe ya el ayer, no existe el mañana, sólo el ahora, descendiendo velozmente, sin límite..... no se sabe a dónde.

Pero en ese momento de los abismos del alma emerge un grito... ¡como el ave fénix yo estaba viva!, gritando mi angustia. Y así descubrí que era invencible, que mi yo más profundo es invencible...."me queda la palabra"....y yo soy esa palabra que surge como fuente inmensa de agua subterránea que arrasa todo lo que se interpone en su camino. Totalmente libre, totalmente responsable, el gozo más profundo.

Entonces entendí que la voluntad de expresión humana es lo que engrandece al hombre, le manifiesta como tal y le dignifica sobre todo lo que existe y descubrí con alegría el poder maravilloso que me había sido dado, por encima de cualquier otra necesidad o poder.

El arte no necesita ser útil.Lo útil sirve al hombre como un mero instrumento para sobrevivir en su entorno. El arte es la manifestación libre de ese hombre señor de sí mismo, que interactúa con el universo en una armonía infinita y maravillosa.

Thailand.
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