miércoles, 26 de noviembre de 2008


LA INMEDIATA ESPUMA


Es un dominó más el que cae.
Las aguas no cambiarán el rumbo torpe
de la rompiente, ni la inmediata espuma.

No habrá ninguna luz que señale la casa
del hombre que pierde una mujer.
Aunque debería haberla.

Hay tan poco que arriesgar
que la luna será indiferente a tu vida
y a la mía, a la mía mucho más.

Las semillas seguirán creciendo
los niños jugando, el sonido continuará
a la luz del relámpago.
¿Alguien más sabe de esto?
Ni las moscas lo han notado.

Los bebés en la cuna
los niños con sus juegos
y los muertos en la tumba.
Igualmente el arrullo se abrirá
ignorando los años o latidos de tu indecisión
y desparramará la mariposa su hermosura.
Segundo a segundo caen los segundos
como bombas irremediables sobre el mundo.
Nadie notará tus palabras…
Aunque… debería alumbrar la lumbre
al hombre que pierde una mujer.
Si alumbran a los perdidos en el mar
por qué no alumbrar al perdido de corazón.
¿Acaso está más, el primero?

Pero no importa, nos limitemos.
El sol será el mismo.
Las señoras de los sábados igualmente
me despertarán en su camino al mercado.
El diario llegará como siempre.

El pan tendrá el mismo sabor a discusión temprana.
¿Acaso se lo has contado a alguien?
Ni el perro se entera que te espero.
Aunque mira como comprendiéndolo todo
¿Pero no se lo has contado verdad?
No, entonces sólo quiere comer.

¡Mira, llueve…!
Llueve igual…, moja igual…
Igual que la última vez…


Pablo Germán Banega

miércoles, 19 de noviembre de 2008




CONSPIRA…


Conspira la vida nuestra unión
urde el universo…

¿Tú dices casualidad?
¿Dónde desaparece el pasado?

¿O desaíra ya tu voz olvidada del Nilo y su esplendor,
de su gente, del fragor de las batallas…,
de Troya, de Roma en el incendio, de Rómulo y Remo?

Qué sería la melancolía, sino la muerte de un poeta

¿Se esfuma el pudor de los nativos?
¿Qué decir de las madres de la guerra, o la desgracia?

¿Te abandonaron los indios de América
las lanzas, los espejos, la pobreza y la religión?

Los barcos zarparon tras de ti
y llegaron antes, siempre llegan antes, a descubrirte.

¿Inadvertida ya del rugido del relámpago
cuando retumban tus huesos,
de la boca del sol, del útero de tu madre
de los ojos de tu padre,
de la simiente, de las semillas,
del manantial virgen donde mamas,
-día a día- las desdichas y sonrisas?

¿Descuidaste los ojos del león, los dibujos de la cebra
las tetas de la loba y los colmillos del dolor?

¿Dónde están las bombas de Israel y la muerte de los Fenicios?
¿Los negros y la libertad?
¿Dónde se detienen los niños que aún crecen
y la bala que ya se lanzó?
No precisamente en el horror
de encontrarse frente a frente con lo irreparable.

Columnatas de espanto, diamantes y palabras
helechos distantes, cárceles de humanos
fluyen la habitación del líquido pasado.

Transparéntese entonces el himen
en el vitral de un insólito
y encontrase como arquero
lanzando estropajos sin cuidado
para ti, para mí, las aceptas, las acepto
te llamo, me contestas…

La historia es tan certera
como la piedra a Goliat.

¿Y tú dices casualidad…?

Mujer…entonces di lo que quieras.


Pablo Germán Banega

lunes, 3 de noviembre de 2008


PLENA, TE LIBERO…INDEMNE

Nota anterior al poema:

Cuida al mirar estas palabras
No detengas en ninguna de ellas
Apenas rózalas con la punta de la mirada
Porque puedes correr el riesgo de reventarlas
y gordas, salpicarte de lágrimas rojas.


Emplearé la reticencia como un bisturí
Abriéndote la piel hasta transparentarte la vida.

Quiero agradecerte la imposición de poesía.
Tu viaje inmaterial hasta mis coyunturas.
Acomodar las estrellas imitando sueños afectados.
La civilización de los árboles a tomar posturas amorosas.
Por convencerme la vida con una leyenda
La pertinencia de humillarme en un papel.

No hubo una lágrima de errores.
Te ahuyentas por la magia.

Pienso en ti, te disgrego en los nervios
y otra vez salgo a tu favor.
Oculto entonces la cruz de mi fatalidad.
No pisaré tus pasos ni con los oídos.
Me iré, mas me iré en efímero silencio.

Las súplicas atropelladas entre páginas viejas.
Detrás del polvo, trampas de lágrimas movedizas.
Y el Gorgoteo del corazón obliterado.
Serán ignorados por el General del caos
y la escritora de cuentos fantásticos.

Devuelvo las llaves, apago los motores
y entrego los remos.
Los poemas abstrusos, morirán enfermos
podridos entre tú y ellos.
No los verás hablar con la sangre en la boca.

Te libero el alma en las orejas.
Me profeso amar
Aunque me destruya esta devoción suicida,
también da vida.

-Impedida de traición se mide con la historia
la simiente, la humanidad, la célula y la muerte.
Atrevida levanta la voz:
“en amores, resignarse es cambiar de madre”-
Sin preguntas cargo la cosecha, esta vez amé con exceso.
Vaya fallo, no cambié de madre, sino que el hijo ha muerto.

-Que muera, que muera…
Pero que no me nombre al hacerlo.
Y que no muera, ¡Ay Dios mío!, con tu nombre adentro-

Te libero la salud, de la voz de un poeta muerto.

Te despido como si ya no quedara nada
por tocar con la mirada…
(Como si fuera esto posible. Vasta… lo suplico…)

Te salvo de mi amor con mi amor.
Odio este amor que libera… Amo este amor libertario.

Concluyo con este y en este poema
Sin entender bien, por qué te libero
pero te libero.
Te libero amor.


Nota al final del poema:


Aunque griten…
Sabré yo, que antes de haberlos parido
ya son poemas muertos.

Pablo Germán Banega
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