LA INMEDIATA ESPUMA
Es un dominó más el que cae.
Las aguas no cambiarán el rumbo torpe
de la rompiente, ni la inmediata espuma.
No habrá ninguna luz que señale la casa
del hombre que pierde una mujer.
Aunque debería haberla.
Hay tan poco que arriesgar
que la luna será indiferente a tu vida
y a la mía, a la mía mucho más.
Las semillas seguirán creciendo
los niños jugando, el sonido continuará
a la luz del relámpago.
¿Alguien más sabe de esto?
Ni las moscas lo han notado.
Los bebés en la cuna
los niños con sus juegos
y los muertos en la tumba.
Igualmente el arrullo se abrirá
ignorando los años o latidos de tu indecisión
y desparramará la mariposa su hermosura.
Segundo a segundo caen los segundos
como bombas irremediables sobre el mundo.
Nadie notará tus palabras…
Aunque… debería alumbrar la lumbre
al hombre que pierde una mujer.
Si alumbran a los perdidos en el mar
por qué no alumbrar al perdido de corazón.
¿Acaso está más, el primero?
Pero no importa, nos limitemos.
El sol será el mismo.
Las señoras de los sábados igualmente
me despertarán en su camino al mercado.
El diario llegará como siempre.
El pan tendrá el mismo sabor a discusión temprana.
¿Acaso se lo has contado a alguien?
Ni el perro se entera que te espero.
Aunque mira como comprendiéndolo todo
¿Pero no se lo has contado verdad?
No, entonces sólo quiere comer.
¡Mira, llueve…!
Llueve igual…, moja igual…
Igual que la última vez…
Pablo Germán Banega
Es un dominó más el que cae.
Las aguas no cambiarán el rumbo torpe
de la rompiente, ni la inmediata espuma.
No habrá ninguna luz que señale la casa
del hombre que pierde una mujer.
Aunque debería haberla.
Hay tan poco que arriesgar
que la luna será indiferente a tu vida
y a la mía, a la mía mucho más.
Las semillas seguirán creciendo
los niños jugando, el sonido continuará
a la luz del relámpago.
¿Alguien más sabe de esto?
Ni las moscas lo han notado.
Los bebés en la cuna
los niños con sus juegos
y los muertos en la tumba.
Igualmente el arrullo se abrirá
ignorando los años o latidos de tu indecisión
y desparramará la mariposa su hermosura.
Segundo a segundo caen los segundos
como bombas irremediables sobre el mundo.
Nadie notará tus palabras…
Aunque… debería alumbrar la lumbre
al hombre que pierde una mujer.
Si alumbran a los perdidos en el mar
por qué no alumbrar al perdido de corazón.
¿Acaso está más, el primero?
Pero no importa, nos limitemos.
El sol será el mismo.
Las señoras de los sábados igualmente
me despertarán en su camino al mercado.
El diario llegará como siempre.
El pan tendrá el mismo sabor a discusión temprana.
¿Acaso se lo has contado a alguien?
Ni el perro se entera que te espero.
Aunque mira como comprendiéndolo todo
¿Pero no se lo has contado verdad?
No, entonces sólo quiere comer.
¡Mira, llueve…!
Llueve igual…, moja igual…
Igual que la última vez…
Pablo Germán Banega
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